
Bucaramanga va por la primera estrella y todo Santander lo acompaña. Collage: Ciudad Florida
Misael Salazar F.
Estamos ubicados en el ombligo de Colombia.
Somos la capital del departamento de Santander, cuna del grito emancipador e independentista y conformamos la cuarta economía más pujante del país.
Aquí nació hace 75 años un equipo de fútbol que arrea las banderas amarilla y verde por todos los jirones de la patria y el mundo amplísimo que compartimos.
Nos identifica un “Leopardo” que ruje por doquier, pero que, junto a 2 millones 300 mil santandereanos, tiene un grito atragantado en la garganta porque no hemos podido soltar el alma para celebrar nuestra primera estrella.

Este sábado, después de 27 larguísimos años que se nos antoja y nos parecen siglos, nos hallamos en una final, a 180 minutos de la gloria. Creemos que a Dios le gusta el fútbol y sentimos que anda con nosotros, en el estadio, en las caravanas, en los entrenamientos, en las barras, en los restaurantes donde hay un televisor, en la humanidad de cada niño y cada santandereano que porta una camiseta del equipo del alma o que simplemente se arropa con la ilusión de ver a su bucamanguita en los altares.
Video: El humorista José Ordoñez saluda a la hinchada del Atlético Bucaramanga a través de Ciudad Florida
Vamos a jugar 180 minutos con los zapatos puestos. Pero también con el corazón, el alma y la garganta de los hinchas que padecen el hambre infinita de copa, de estrella, de victoria. A esa hinchada sufrida y consecuente queremos dedicarle esta alegría que hemos venido construyendo, desde que el Todopoderoso nos colocó a Rafael Edgar Dudamel Ochoa en el camino.

Con pantallas gigantes en los 87 municipios del departamento, gracias a la iniciativa de un hincha del municipio de La Paz que se convirtió en gobernador, podremos juntar la vibra, el abrazo y las cuerdas vocales para entonar el himno con fuerza y multiplicar las plegarias por el triunfo que todos estamos esperando, porque lo merecemos.
Desde aquí, donde nació el grito libertario, aspiramos y esperamos celebrar como Bolívar en Boyacá.
Somos genuinos militantes de la justifica y lo justo es que llegó la hora de que el “Leopardo” suelte el grito que le atasca el pescuezo y no le permite vivir en plena libertad.
Hoy empezaremos a celebrar la copa. Mientras tanto, desde Bucaramanga y con el Atlético Bucaramanga, les decimos a todos: ¡Buenos días Colombia, llegó la hora del Leopardo!
