Arte para desconectar la Conectante

Ecocidio

Protestan con guitarras, baterías, libros de poesía, canto, danza, pinceles y, sobre todo, con sus cuerdas vocales.

Continuará la protesta contra la tala de árboles en los Cerros Orientales

Misael Salazar F.

“…somos pocos, pero buenos”. Así dice la canción “Mi familia”, del dueto venezolano Pimpinela.

Y este parece ser el lema de un manojo de hombres y mujeres, no muchos, florideños o no, pero que viven allí y que sienten, como la naturaleza, el daño que han causado con la tala de casi 5 mil árboles en los Cerros Orientales.

Los defensores del desarrollo o el progreso, afirman que hay que talar 17 mil árboles para poder concluir el proyecto de la llamada Conectante C1-C2, que aligerará el trayecto entre Bucaramanga y la ciudad de Cúcuta.

Pero ¿y el daño ecológico? ¿El arboricidio? ¿La tala de 17 mil árboles cuya recuperación necesitará unos 300 años como mínimo?         Estas son las preguntas de los jóvenes y no tan jóvenes que protestan contra la vía por los Cerros Orientales.

…y protestan con el arte

Las armas de quienes se oponen a la carretera por los Cerros Orientales de Floridablanca, son guitarras, baterías, libros de poesía, pinceles, volantes, parlantes y, sobre todo, las cuerdas vocales con las que le dicen no, a la Conectante.

William Guarnizo protesta a punta de pincelazos

Cada cierto tiempo suben a los cerros. Miran el desastre ecológico. Se hacen acompañar del canto de los pájaros que también contiene dosis de lamento.

Y bajan. Bajan a continuar la protesta en el parque de Floridablanca. Dejan sonar la música y el canto preñado de rebeldía. Otros danzan, pero en protesta. Algunos jóvenes y otros más mayores, leen poesía, pero en protesta. Y otros, como William Guarnizo, protestan a punto de pincelazos hasta lograr una obra que es un grito contra el exterminio ecológico.

Los asiduos jugadores de naipe, del parque, escuchan su protesta. Parece que lo de cuidar la naturaleza no es con ellos.

Pero de tanto escuchar a los protestantes que suben y bajan de los Cerros Orientales, a uno de estos jugadores de naipe se le escuchó decir uno de esos días: “A los campesinos le compraron sus tierras a precio de gallina flaca y se inventaron la Conectante para “engordar” sus tierras.

Es una señal de que el mensaje de los “…pocos, pero buenos”, algún efecto tiene. Y que el sonido de las guitarras y las palmas y el canto y la poesía y el pincel, penetra la conciencia y multiplica el eco de la protesta contra el ecocidio, en tiempos de indetenible calentamiento global.

La pandemia los calló momentáneamente 

Muchos de estos protestantes pasan hoy día por el parque de Floridablanca.

Cuando la pandemia termine, continuará la protesta

Y ven que mucha de la gente se ha marchado por la pandemia que tiene en aislamiento al planeta. Pero escuchan el canto de los pájaros y miran los árboles y recuerdan que allá, arriba, en los Cerros Orientales, hay muchos árboles caídos. Casi 5 mil han tumbado. Y la conciencia les dice que cuando haya terminado la cuarentena, deben seguir la protesta para detener el arboricidio.

Ellos creen, como muchos, que el planeta ya no será igual después de la pandemia, pero, ¿quién les garantiza que los defensores del “progreso”, no continuarán la tala de árboles en los Cerros Orientales?

Por eso ya tienen lista la poesía, el canto, el pito, el parlante, la voz, el pincel, la guitarra, el alma y la conciencia, sobre todo la conciencia para seguirle diciendo no a la Conectante por los Cerros Orientales.   

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