Brutal enfrentamiento en el barrio González Chaparro de Floridablanca: 4 heridos

Riña

El partido entre Atlético Junior y el Atlético Bucaramanga no solo dejó enfrentamientos en el estadio Metropolitano de Barranquilla.

En Floridablanca y específicamente en el popular barrio González Chaparro, también se produjo una la lucha brutal entre integrantes de dos familias, momentos previos al inicio del partido entre tiburones y leopardos.  

El hecho se produjo, justo a las 7 de la noche del sábado 25 de mayo, minutos antes del crucial partido que terminó perdiendo el Bucaramanga en la capital del Atlántico.

Los testigos de los hechos, que fueron muchos por cuanto la comunidad se preparaba para ver el partido, cuentan que los hermanos Brayan Esteban y Jean Carlos Alomías Holguín, se hallaban departiendo en un establecimiento del barrio.

Al lugar llegó Saúl Eduardo Ortega Jaimes, quien procedió a agredir a los hermanos Alomías Holguín, con un arma cortopunzante.

La riña se fue haciendo cada vez más colectiva, por cuanto se fueron involucrando los familiares de los jóvenes.

Y en la lucha campal se utilizaron todos los instrumentos que iban apareciendo en el camino: Botellas, machetes, cuchillos, palas y sillas.

Un testigo le dijo a la policía que el panorama era muy triste, por cuanto ese espectáculo fue visto por niños, mujeres y personas mayores que solo querían disfrutar del partido de fútbol programado para las 7 y 30 de la noche.

Cuando la Policía llegó a calmar los ánimos y a efectuar un informe acerca de los hechos, dejó constancia de 4 heridos, porque a los tres jóvenes antes citados, se sumó como víctima Daniel Esteban Triana Tami.

Todos fueron conducidos al Hospital San Juan de Dios de Floridablanca.

A Brayan Esteban le hallaron una herida múltiple en la cabeza, producida con una botella. A Jean Carlos, su hermano, una herida en la frente. A Saúl Ortega le dieron dos puñaladas: Una en el abdomen y otra en la cabeza. Daniel Esteban fue el que llevó la peor parte. Recibió cinco puñaladas: una en la cabeza, otra en el codo, otra en la axila, una en el pecho y la última en el rosto.

Los cuatro quedaron con orden de captura y en el barrio González Chaparro temen que algo peor pueda suceder en el futuro, por cuanto no es la primera vez que los integrantes de las dos familias se agredan mutuamente.

Lo del sábado fue un llamado de atención y los vecinos mostraron signos evidentes de preocupación por lo que pueda suceder entre estos habitantes de la populosa barrida del municipio dulce.         

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