(Corona tinto) La despedida de los pocillos

Tinto

LOS POCILLOS ERAN seis: dos rojos, dos negros, dos verdes, y además importados, irrompibles, modernos. Habían llegado como regalo de Enriqueta, en el último cumpleaños de Mariana, y desde ese día el comentario de cajón había sido que podía combinarse la taza de un color con el platillo de otro… (Mario Benedetti)

¿Le provoca tomarse un tinto?… Le pregunta el jefe de la oficina al visitante casual quien animado responde: Sí, doctor, a esta hora me cae bien, gracias… y oh sorpresa, cuando a la oficina ingresa la secretaria con bandeja en mano y severos pocillos de cerámica.

¡Uy! ¿Qué hago? Piensa el invitado y reflexiona: ¿pero cómo diablos a estas alturas del covid me van a dar esta vaina en pocillo -y hasta mal lavado- para tener que tragarme las babas de algún pringado?… Pero si no me lo jarto, ¿qué dirá el doctor?... Seguro se ofende y no me hace la vuelta que le estoy pidiendo.

Conclusión: Desde esta tribuna comunicacional le hacemos un llamado a los gobernantes, para que actúen en razón de la prevención del covid-19 y ordenen de inmediato el desuso definitivo en sus lugares de trabajo, de pocillos y vasos de vidrio.

¡No arriesgue su vida por un tinto! (Gerardo Castro Pérez)

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