
Tres referentes piedecuestanos nos ayudan a entender la Piedecuestaneidad. Collage: Ciudad Florida
Misael Salazar F.
¡Piedecuestanos de frente altiva!
¡Piedecuestanos de pundonor!
¡Piedecuestanos de alma viva!
¡Amen su tierra con sumo honor!
Así es el coro del Himno de Piedecuesta, el municipio metropolitano que este viernes, 26 de julio, conmemora 248 años de haber sido erigida en parroquia. No de su fundación, porque Piedecuesta no fue fundado, fue erigido en parroquia.
En estos versos, Germán Valenzuela (autor del Himno), parece recoger algunos elementos fundamentales del alma garrotera, que nos pueden ayudar a entender la Piedecuestaneidad, cuyo día también hoy celebran los casi 200.000 habitantes de este municipio.

Frente altiva, pundonor, alma viva y sumo honor, constituyen, junto a muchos otros valores y atributos, eso que conocemos como la Piedecuestaneidad y que intentaremos entender a partir de tres visiones, aparentemente distintas, pero que concluyen en lo mismo: Tratar de identificar lo que lleva en el tuétano el piedecuestano y, por extensión, hallar el sentido de la Piedecuestaneidad.
¡Piedecuestanos somos!

Marco Antonio Durán Hernández, «Marco Panelitas»
Por las calles de Piedecuesta es fácil conseguirse con Marco Panelitas, nombre artístico y cultural de Marco Antonio Durán Hernández, un actor y activista cultural del municipio garrotero que nos ayuda a identificar al piedecuestano auténtico.
-Ser piedecuestano -dice-, es ser un referente de los que habitamos esta tierra. Es el que guarda en sus alforjas la memoria histórica, la sabiduría oral, los vericuetos, las calles, los puntos icónicos de un municipio con 248 años de historia.
Ser piedecuestano, en la versión de Marco Antonio, es saber que “…el nuestro fue un municipio con olor a tabaco, producto que llegó a ser exportado a Venezuela para contribuir en las jornadas espiritistas”. Recuerda que aún, en algunos recovecos de la Piedecuesta moderna, quedan fabriquines, herencia de esa cultura tabaquera.

En la concepción de este artista, el piedecuestano es también aquel que tuvo la valentía y la inteligencia para “apropiarse” del tamal santandereano y convertirlo casi que en un producto suyo y llegar incluso a crear su propia feria del tamal y ser capaz de vender 17.000 raciones en un día.
Pero la esencia piedecuestana, además, la halla Marco Antonio en cientos de hombres y mujeres con vena artística, regados por la comarca, hoy cumpleañera, dedicados a contar historias, declamarlas, escribirlas, bailarlas, pintarlas, desplegarlas a través del mimo o representarlas por intermedio del teatro. Es como llevar a escena la Piedecuestaneidad.
En síntesis, ser o pertenecer al municipio garrotero, es arriar las banderas que caracterizan al nacido en sus confines y resumir todo lo que es capaz de hacer un pueblo altivo que tiene sus propias formas de identificarse y mostrarse ante los demás.
La piedecuestaneidad de Ivonne es pasional

La actriz, Ivón Guevara, intérprete del personaje popular «La Pinga»
Si Marco Antonio entiende la Piedecuestaneidad desde una perspectiva quizás más objetiva, Ivon Guevara Quebraolla, o “La Pinga”, la asume desde un plano enteramente pasional.
Lo suyo, con Piedecuesta, es un enamoramiento sin medida. Una manera de aferrarse a esa tierra que la acogió cuando llegó, mejor dicho, cuando la trajeron de Bogotá y más nunca quiso desprenderse de sus calles, sus barriadas, sus caminos, sus veredas, su gente, sus historias y sus leyendas.
La Piedecuestaneidad, en Ivon Guevara, es un altísimo grado de pertenencia, una querencia sublime con este jirón de Colombia que perteneció a Girón y tras ser erigida en parroquia, adquirió sentido propio, alma viva como dice el Himno, espíritu singular y un modo particularísimo de ser.
-Los piedecuestanos somos artistas- dice Ivón sin ambages-. En eso coincide plenamente con Marco Panelitas.
Video: Así se celebrarán los 248 años de Piedecuesta y el Día de la Piedecuestaneidad
Y lo dice Ivón, que se inventó el personaje “La Pinga” para hurgar en la memoria piedecuestana y expresar a los cuatro vientos el sentir y el ser santandereano y piedecuestano, sin ataduras, sin limitaciones, sin adornos. Lo suyo, con La Pinga, es darle trascendencia al hecho de ser santandereano y enriquecer el alma piedecuestana.
Cuando Ivón se refiere a que “los piedecuestanos somos artistas”, aclara que en ese concepto están todos: Los cuentistas, los bailadores, los teatreros, los músicos, los pintores, los gastrónomos, lo tabaqueros, los hombres y mujeres que hacen posible mantener viva la oralidad, como los hombres y mujeres que fueron referentes por una u otra singularidad.
La Piedecuestaneidad, en el repertorio viviente de la actriz Ivon Guevara, es un sentimiento, un apego a unos valores y unas formas de ser de un pueblo que nació un día, como hoy, hace 248 años.
“Un imaginario colectivo”

Luis Rubén Pérez, historiador y docente piedecuestano
Consultamos también la opinión del historiador y profesor piedecuestano, Luis Rubén Pérez, sobre cómo entender y definir La Piedecuestaneidad.
Historiador, al fin y al cabo, el también docente entiende la Piedecuestaneidad como un imaginario colectivo, asociado al rescate del patrimonio cultural y la identidad propia de los piedecuestanos.
Como aporte, sostiene el profesor que de Piedecuestaneidad se empezó a hablar desde 1976, cuando se cumplieron los 200 años del poblamiento del municipio garrotero.
Y agrega que surgió como una manifestación colectiva, para identificar una forma de entender todo lo que encierra y caracteriza a los nacidos en este, uno de los cuatro municipios que conforman el área metropolitana de Bucaramanga, al que los propios artistas definen como el municipio metropolitano con mayor vena artística, que ya es mucho decir.
De todo esto hablamos -y quizás falta mucho más-, cuando hablamos de la Piedecuestaneidad, una forma muy particular y genuina de referirnos a los nacidos en Piedecuesta,pueblo noble, pueblo altivo que hoy celebra 248 años de historia.