
La calma y el silencio son tal vez, los dos adjetivos que distinguen al Pueblo Patrimonio y Monumento Nacional, BARICHARA, fundada en un día como hoy, 29 de enero de 1705, hace 316 años.

Siempre vestido por la piedra y la cal; el verde, azul y amarillo son los colores que predominan las fachadas sencillas que armonizan con los tejados de barro cocido, puertas y ventanas de madera.

La cultura del pueblito «más lindo de Colombia», se centra en sus ancestros. Su belleza atrae a turistas nacionales y del mundo entero, atraídos por su encanto y donde el tiempo pasa lento.
Su preservado casco colonial, la hace ver como detenida en el tiempo. Casonas de gruesos muros de tapia pisada, techumbre en teja española de barro, elevados andenes y calles adoquinadas en piedra.

En dialecto guane, Barichara significa «sitio alto de descanso poblado de árboles florecidos» y en efecto, esta Joya colonial se asienta sobre una pequeña meseta que bordea el Cañón del río Suárez y permite apreciar a lo lejos las poblaciones de Galán y la Fuente.
Es, además, el punto de partida del sendero empedrado que conduce hacia el corregimiento de Guane, pequeña población que preserva la belleza de su arquitectura colonial.

Desde el año 1989 que llegué a vivir a Barichara con mis dos hijos y esposa, la llevo en las fibras del alma. Fui elegido Concejal y pude contribuir en visionar su futuro e iniciar su desarrollo turístico.
Nuevos retos tiene Barichara y me vengo alistando para volver después de 31 años y reiniciar el recorrido que aún no ha terminado.
Y estaré al lado, hombro a hombro, como un obrero más, con los nuevos actores, empresarios, gestores culturales, profesionales, y líderes turísticos, para, entre todos, repensar el presente y futuro turístico de Barichara, esa mágica población cuya luminosidad de su cielo, está reflejada en los ojos de mi adorada hija Sindi Andrea, inspiración de mi vida y el gran aliento para seguir construyendo regiones y país. (Víctor Hugo Parra Reyes)