
La alianza estratégica Rusia-Venezuela va más allá de la vacuna. Incluye lo militar y muchas otras áreas.

Misael Salazar F.
Si alguien tenía dudas de la estratégica relación entre Rusia y Venezuela, debe saber que este viernes llegó a Caracas, la vacuna rusa contra el Covid-19, Sputnik-V, que se halla en la última fase de ensayos clínicos.
Tan pronto se produjo la descarga de las 2.000 dosis de vacuna con destino a Venezuela para las pruebas clínicas finales, Nicolás Maduro agradeció públicamente al presidente Vladimir Putin por haber tomado en cuenta a su país en esta fase del proceso final donde se halla la Sputnik-V.
No es poca cosa. Venezuela es el primer país del hemisferio occidental a donde llega la vacuna rusa para concluir su fase de prueba. El siguiente paso consiste en producir la vacuna en territorio venezolano, por lo que Maduro ya tiene asegurada la vacunación masiva de al menos la población considerada de alto riesgo.

«¡Llegó la Sputnik V! Somos el primer país del hemisferio occidental que iniciará la fase 3 de los ensayos clínicos de esta vacuna contra el Covid-19″, dijo Maduro en su cuenta twitter, a la vez que agradecía a su homólogo Vladimir Putin.
Vacuna para 2.000 venezolanos
Las 2.000 dosis de la vacuna Sputnik-V que llegaron Venezuela, este viernes, forman parte de un lote de 40.000 que se están aplicando en todo el mundo como parte de la tercera y última fase clínica de prueba de la primera vacuna contra el Covid, registrada en el mundo, en un acto que Putin calificó como muy positivo para la ciencia rusa y para el mundo.
El ministro de Salud de Nicolás Maduro, Carlos Alvarado, anunció que el proceso de aplicación de la vacuna comenzará por Caracas y luego se extenderá a otras ciudades del país.
También el titular del despacho anunció que los centros de investigación encargados de hacerle seguimiento al proceso clínico, ya se hallan disponibles cumpliendo todos los protocolos exigidos por las autoridades científicas rusas a cuyo cargo se halla la vacuna Sputnik-V.
Un gesto geopolítico
Las imágenes de los conteiner descargando la vacuna Sputnik-V, en Caracas, tiene un significado más allá de lo científico. Se trata de un mensaje geo estratégico que corrobora la alianza entre los dos países.
Acosado por las sanciones política y económicas por parte de Estados Unidos y otros países, el gobierno de Nicolás Maduro ha venido estrechando sus relaciones con Rusia, China, Irán, Turquía y la India, entre otros países.

Venezuela, desde la época de Hugo Chávez, ha venido equipando su aparato de defensa militar con armamento ruso, empezando por los fusiles Kalashnikov, que utilizan las fuerzas militares venezolanas.
Tanques, aviones, radares, sistemas de defensa antiaéreo, todo de fabricación rusa, forma parte del complejo militar venezolano, producto de la alianza estratégica entre ambos países.
No resulta extraño, entonces, que Rusia haya seleccionado a Venezuela como el primer país del hemisferio occidental para llevar adelante la última fase de pruebas clínicas de la vacuna Sputnik–V, el más reciente éxito científico de la federación rusa.