
Seis meses, 180 días y 4.320 horas tuvieron que esperar los propietarios del restaurante, Chino Town de San Gil, para que las autoridades de salud de Santander determinaran que el establecimiento no usó carne de perro en los platos que preparaba para sus clientes.
El hecho se produjo en enero pasado. De pronto, los habitantes de San Gil y Santander, empezaron a comentar que en un restaurante chino de la población estaban utilizando carne de perro para atender a sus clientes.
Como era de esperarse, la noticia circuló por redes sociales. Las autoridades llegaron al local y ordenaron medidas disciplinarias como el cierre, al menos mientras realizaban las investigaciones para determinar la veracidad de las denuncias.
Lo que no sabían los propietarios del restaurante ni los clientes del mismo, era que tenían que esperar de seis meses para que las autoridades emitieran un veredicto que se pudo emitir en menos tiempo.
Como era de esperarse, el restaurante fue sellado y sus propietarios se dedicaron a otra cosa mientras esperaban el veredicto. En eso estaban cuando apareció la pandemia y se juntó el cierre del establecimiento por la emergencia del Covid-19, con la investigación que se hallaba en curso.
Pero de no haber aparecido la pandemia, seguramente los propietarios hubieran quebrado varias veces, como seguramente lo están ahora, por el hecho de tener que esperar 6 meses, 180 días y 4.320 horas para determinar si el establecimiento había o no vendido carne canina a sus clientes, como lo hicieron ver por las redes sociales.
Los estudios se realizaron en el laboratorio de Identificación Genética Forense de Especies Silvestres de la Dirección de Investigación Criminal-Interpol de la Policía Nacional-Dijín. Y el veredicto final es “…que sí había presencia de otras carnes aptas para el consumo, como lo son bobina, porcina, equina y de la industria avícola y piscícola”.
En otras palabras, no había carne canina, como se especuló, perjudicando a los propietarios del establecimiento.
La pregunta es para los especialistas: ¿Se necesita tanto tiempo, como 4.320 horas para saber si un restaurante vende o no carne de perro?
¿Y si es así, con semejantes estándares, podemos aspirar a ser un país con mayores niveles de desarrollo? Que nos respondan, por favor, las autoridades de salud de Santander.