Misael Salazar F.
Este mismo jueves en la noche la policía argentina llegó al lugar donde residía el hombre que quiso matar a Cristina Fernández de kichner.
Ni los agentes, ni sus acompañantes podían creer lo que consiguieron: un hedor horrible a orín, la poceta tapada, lencería femenina, varios consoladores, ollas sucias, un látigo de cuerina negra, todo desordenado y en medio de aquel paisaje, 100 balas, probablemente, para la pistola con que quiso matar a la expresidenta y hoy vicepresidenta de Argentina, Cristina Kichner.
Fernando Andrés Sabag Montiel -que pudo ocasionar una tragedia-, es un hombre solitario. En su brazo lleva un escudo que identifica al partido que creó Adolf Hitler, posee varios perfiles en internet y visita páginas, como “Ciencias ocultas herméticas” o “Coach antisicópatas” y siempre milita en movimientos de tendencia neonazi.
Su origen es producto de una gran mezcla: Padre chileno, expulsado del país, que junto a la madre de Fernando Andrés Sabag Montiel estuvieron presos en Brasil por hurto.
El atacante nació en Brasil, pero desde los 6 años vive en Argentina donde supuestamente se dedicaba a conducir vehículos de transporte y lo contactaban a través de una aplicación.
El año pasado fue detenido y cuando revisaron el baúl de su carro, hallaron un cuchillo de 35 centímetros. También tiene denuncias por violencia doméstica y contra los animales.
La pistola que utilizó para acabar con la vida de la vicepresidenta argentina es una 380 Bersa, según la policía, vieja y en mal estado, por falta de mantenimiento.
Cuando Andrés Fernando accionó el arma frente a la sien de la vicepresidenta, la pistola contenía cinco balas. Por fortuna, cuando aprieta el gatillo, la pistola se tranca y la bala no salió.
Nadie sabe hoy, 12 horas después del atentado, cómo pudo trancarse la Bersa y salvarle la vida a Cristina Kichner, la esposa de Néstor Kichner, quienes han sido artífices de la política argentina y latinoamericana durante las últimas dos décadas.
Por ahora, Cristina suspendió todas sus actividades. El detenido se halla rindiendo indagatoria. Y el presidente de Argentina, Alberto Fernández, decreto día festivo este viernes, para celebrar que su vicepresidenta, por no se sabe qué milagro, logró salvar su vida a manos un neonazi admirador de Jair Bolsonaro.