Misael Salazar F.
Más que preocupación, lo que causó fue curiosidad el hecho de que Luis Gerardo Vásquez, asesinado en Mogotes, fuera enterrado de pie.
El hecho parece obedecer a algunas creencias en su familia, que no son tan comunes en los entierros normales.
Testigos del acto del sepelio, dijeron, por ejemplo, que la esposa de la víctima, Marlene Figueroa, no llevó los restos mortales de Gerardo Vásquez a la iglesia católica, como es común que suceda en pueblos como Mogotes, tradicionalmente católicos.
Esta decisión provocó una respuesta del párroco de la iglesia del pueblo, Álvaro Rueda Romero. Dijo el sacerdote que “dadas las circunstancias y según las exigencias de su familia de un entierro no convencional que no corresponde al ritual cristiano católico, nos eximimos de cualquier responsabilidad”.
Ya en el cementerio, sucedió otro hecho particular. Les pidieron a los asistentes al acto del sepelio, apagar y guardar los celulares mientras se realizaba el ritual de despedida.
Y el último hecho curioso se produjo cuando llegó la hora de sepultar a quien había manifestado su aspiración de luchar por la alcaldía de Mogotes en las elecciones del próximo mes de octubre.
El hueco donde sería colocado el ataúd con los restos de Luis Gerardo Vásquez, no era horizontal sino vertical.
Su esposa Marlene había solicitado que se cavara un hueco vertical para enterrar a su esposo de pie. “Queremos que continúen en pie sus ideas”, dijo la viuda.
Algunos de los testigos también expresaron que el objetivo era sepultar al comerciante y productor agrícola, sin seguir la tradición cristiana, hecho que fue respetado por el representante de la iglesia, sacerdote Rueda Romero.
Todo parece normal luego de este acto de sepelio, tan particular a los ojos de cualquier practicante católico. Lo único es que, de ahora en adelante, se dirá que en Mogotes un hombre, víctima del sicariato, fue enterrado de pie para “mantener en pie su ideas”.
