Esta vez, 25 niños del Hospital Internacional de Colombia (HIC) vencieron el cáncer y por lo tanto tocaron la campana. Foto: Prensa HIC
Especial/Prensa HIC
Escuchar el sonido de una campana y ver a decenas de familias abrazarse entre lágrimas es entender, sin palabras, que algo extraordinario acaba de ocurrir. Así se vivió en el Hospital Internacional de Colombia (HIC) la celebración de 25 niños que, tras vencer el cáncer tocaron la campana de la victoria, marcando el cierre de un largo tratamiento y el inicio de una nueva etapa de vida.
El acto profundamente emotivo, reunió a pacientes, padres, médicos, enfermeras, fundaciones, voluntarios y colaboradores del hospital en un mismo sentimiento: la gratitud por la vida. Para cada niño y su familia, el sonido de la campana simboliza haber superado una de las pruebas más difíciles y se convierte en un mensaje de esperanza que adquiere un significado aún más especial en diciembre, cuando la celebración se vive como un verdadero regalo de Navidad.
Para la Dra. Alexandra Pérez, oncóloga pediatra del HIC, este acto conmemorativo representa mucho más: “Es el logro de todas las batallas que estos niños y sus familias han tenido que librar, la recompensa a los esfuerzos, sacrificios y decisiones difíciles que se tomaron en el camino. Los resultados no son únicamente el fruto de la ciencia y la medicina, sino también de la fuerza, la voluntad y el compromiso de hacer lo necesario para luchar y vivir”, manifestó la especialista.
Este acto simbólico es un reflejo de la resiliencia de los niños, la fortaleza de sus familias y el compromiso del equipo médico que los acompañó durante todo el tratamiento.
Entre las historias que hoy inspiran se encuentra la de Emiliano Valencia, un niño de 9 años diagnosticado en octubre de 2023 con leucemia linfoblástica aguda de alto riesgo, un tipo de cáncer de la sangre que afecta a los glóbulos blancos y requiere un tratamiento intensivo y prolongado.

Tocar la campana: Un acto simbólico que significa victoria
Para él y su familia, el camino estuvo marcado por la incertidumbre y el miedo, pero también por la fe y el acompañamiento permanente del equipo médico. “Cuando nos dieron el diagnóstico, surgieron muchas dudas y preguntas, es un momento inexplicable.
Sin embargo, Dios les dio la sabiduría a los profesionales para ejercer todo su conocimiento y a través de la medicina, salvar la vida de nuestros hijos y darles una nueva oportunidad”, expresó Neidy Ardila, madre de Emiliano.
Tras más de dos años de tratamiento, Emiliano hoy celebra haber culminado esta etapa.
Cada año, el Hospital Internacional de Colombia (HIC) diagnostica alrededor de 60 nuevos casos de cáncer en menores de 18 años, brindando seguimiento integral hasta completar la remisión
“Estoy muy feliz porque ya pude lograrlo”, dijo el niño, mientras animaba a otros pacientes a no rendirse y a seguir creyendo en una vida sana y llena de sueños.
Instituto de Cáncer HIC: experiencia y compromiso
De acuerdo con la doctora Alexandra, detrás de cada una de estas historias hay un trabajo médico riguroso y comprometido. Hace más de 10 años, el servicio inició con un equipo reducido y recursos limitados, pero con la firme convicción de crecer. Hoy se ha consolidado como un Instituto dedicado a la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer en niños y adultos, respaldado por un equipo multidisciplinario de oncólogos, cirujanos, enfermeros, psicólogos, terapeutas y personal administrativo.

Uno de los pequeños pacientes que venció el cáncer en el HIC
“Cada paciente nos ha enseñado coraje, valentía y resiliencia. Por eso, en el HIC seguimos apostando por la vida, combinando ciencia, tecnología, humanidad y compromiso para transformar familias. Eventos como el toque de la campaña no solo celebran historias de éxito, sino que también destacan la importancia de la educación en salud, el acceso oportuno a los servicios y el apoyo integral a las familias”, señaló la Dra. Pérez.
Entre los cánceres infantiles más frecuentes se encuentran la leucemia linfoide aguda, los tumores del sistema nervioso central y los linfomas, cuyos tratamientos intensivos duran entre ocho meses y un año, con controles médicos que pueden prolongarse hasta cinco años
Aunque el cáncer infantil es menos frecuente que en adultos, sigue siendo una de las principales causas de mortalidad en la niñez. Con un diagnóstico temprano y tratamiento adecuado, muchos niños alcanzan la remisión y llevan una vida plena.
¿Por qué se toca la campana?
La tradición se originó en 1996 en el MD Anderson Cancer Center de Houston, Estados Unidos. Allí, el almirante Irve Chuck Le Moyne, tras superar un cáncer agresivo, donó la campana de bronce de su barco y la hizo sonar para celebrar su victoria, inspirado en la costumbre marítima de tocar la campana al regresar con vida tras una tormenta. Desde entonces, este gesto se ha replicado en hospitales de todo el mundo como símbolo de resistencia, esperanza y supervivencia.
