Foto: Archivo
La controversia por el cambio de medidores del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga continúa escalando.
Usuarios de distintos sectores han denunciado que sus medidores fueron reemplazados sin autorización previa y que algunos de los nuevos equipos fallaron a pocas semanas de instalados.
El concejal Carlos Parra asegura que estas situaciones se han vuelto masivas y afectarían a miles de suscriptores.
Sin embargo, el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga (AMB) desmiente esta versión y sostiene que el número de reclamos es mucho menor.
Según datos oficiales entregados por la entidad ayer 20 de noviembre, se han radicado 102 derechos de petición por inconformidades con el cambio de medidor de los cuales, 59 resultaron improcedentes;
32 están en trámite ante la Superintendencia de Servicios Públicos; y 11 dieron lugar a devoluciones de dinero.
El AMB insiste en que las afirmaciones de Parra carecen de sustento técnico y legal, y que su difusión ha generado confusión entre los usuarios.
Además, recordó que el cambio del medidor —que tiene un costo aproximado de $400.000— requiere instalación especializada.
Por su parte, el concejal mantiene que existen “arbitrariedades” en el procedimiento y que muchos usuarios, especialmente en estratos 1 y 2, no conocen sus derechos ni saben cómo reclamar.
Asegura que su equipo trabaja en una plataforma con inteligencia artificial que permitirá radicar quejas de manera más sencilla y acompañada.
La discusión continúa abierta mientras cientos de ciudadanos buscan claridad sobre los cambios en sus medidores.

