Darlin Ramírez Leiva
Se destapa un nuevo escándalo en el Ejército Nacional, pues Semana reveló una investigación que desmantela la red de militares que vendía armas y municiones a diferentes grupos criminales.
Algunos de estos grupos serían las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra (Los Pachenca), el ELN y disidencias de las Farc.
Los miembros de estos grupos eran contactados por militares de amplia experiencia, acceso privilegiado a material bélico y asignados al batallón de ingenieros de Valledupar, como el soldado Rendón, conocido como alias «El Viejo» o «Pinocho» y quien se convirtió en pieza clave de la red.
La investigación, cuyo objetivo fue identificar y denunciar a militares que colaboraban con redes de tráfico de armas, fue liderada por la Policía, la Fiscalía y la Contrainteligencia Militar.
Durante la labor, descubrieron que los uniformados utilizaban su experiencia y acceso a los depósitos de municiones para desviar material de guerra.
Los detalles
De acuerdo a lo que informó Infobae, las pesquisas de la Policía Judicial determinaron que el soldado vendía cartuchos calibre 5.56 a 10.000 pesos cada uno, y que el proceso de transacción seguía los protocolos de las mafias: ambas partes intercambiaban videos mostrando los fajos de billetes y las municiones para garantizar la seriedad del negocio.
Alias «El Viejo» no actuaba solo. Otros militares colaboraban en la extracción y desvío del armamento, otros con el enlace entre el Ejército y las estructuras delictivas y otro de recibir pagos y hacer la entrega de las armas.
Fue tal el negocio que crearon, que la red criminal extendió sus operaciones hasta Estados Unidos, llevando el armamento por rutas que incluían el paso por Costa Rica, República Dominicana y Venezuela.
Asimismo, seis personas que apoyaban la logística en Maicao fueron capturadas pues se conoció que adquirían fusiles a las Fuerzas Militares de Venezuela, aprovechando el proceso de modernización de armamento en ese país.
Por otra parte, los investigadores quieren esclarecer los pagos que Rendón realizaba a sus superiores para obtener permisos de desplazamiento hacia Aguachica (Cesar). Allí entregaba municiones y armamento a cambio de cocaína.
Esta droga se almacenaba en Valledupar y luego se trasladaba a la Alta Guajira. Todo parece indicar que se usaban vehículos militares para ello.
También se reveló que hay movimientos sospechosos en las cuentas del militar ya mencionado y de sus familiares, con transferencias por 2000 mil millones de pesos y 400 millones de pesos, que están en investigación por presunto lavado de dinero.
