Especial de Prensa HIC
En esta época, mientras muchas familias se reúnen alrededor de una mesa, Camila Rapalino pasa sus días en una habitación del Hospital Internacional de Colombia (HIC), lejos de casa y de su hija de dos años, que la espera en Ocaña, Norte de Santander.
Camila tiene 25 años. Es madre, repostera y una joven soñadora. Desde hace cinco años lucha contra la leucemia y hoy enfrenta una recaída que la mantiene hospitalizada desde hace tres meses aproximadamente. Su tratamiento oncológico depende en gran parte, de un recurso que no se puede fabricar: la sangre y, especialmente las plaquetas donadas por otras personas.
Gracias a las donaciones se realizan 2.504 transfusiones cada mes entre el HIC Piedecuesta y el HIC Instituto Cardiovascular en Floridablanca, impactando de forma directa la recuperación de más de 500 pacientes
“Mis plaquetas suelen estar muy bajas, lo que hace que mi tratamiento sea complicado de continuar. Cada donación me permite seguir adelante, recibir las transfusiones necesarias y mantener la esperanza de volver a abrazar a mi hija. Por eso, invito a todos a donar y ayudar a que otros pacientes también puedan regresar a casa”, dice Camila, llena de ilusión.
Como ella, cientos de pacientes entre niños y adultos esperan una transfusión de sangre, una cirugía o la continuidad de su tratamiento, con la esperanza de mejorar su salud y reencontrarse con sus familias. Sin embargo, en esta época del año, esa posibilidad se ve afectada por la falta de donantes.
Cada mes, el Hospital Internacional de Colombia (HIC) requiere aproximadamente 2.000 donantes para cubrir las necesidades de procedimientos quirúrgicos y tratamientos oncológicos
Según el doctor Cristian Daniel Sánchez Tapias, médico del Banco de Sangre del Hospital Internacional de Colombia, “durante los meses de diciembre y enero las donaciones disminuyen de manera significativa debido a vacaciones y festividades. Esto nos pone en una situación crítica, justo cuando la necesidad de sangre se mantiene y la única forma de obtenerla es a través de las personas, porque no puede fabricarse de manera artificial”.
Cada unidad de sangre donada puede salvar hasta tres vidas, gracias a la separación de los hemocomponentes como glóbulos rojos, plasma y plaquetas. Estos últimos son esenciales para pacientes oncológicos como Camila, cuyos tratamientos requieren transfusiones frecuentes e incluso urgentes.
Actualmente se necesitan todos los grupos sanguíneos, aunque hay una mayor demanda de A positivo y negativo. También se requiere otros tipos como O y B positivo y negativo.
Donar es muy fácil
Se necesitan donantes con urgencia en el HIC
Donar sangre es un proceso seguro, rápido y sencillo, diseñado para proteger tanto al donante como al paciente. Para garantizar su bienestar, pueden hacerlo personas entre 18 y 65 años que gocen de buena salud, pesen más de 50 kilos, hayan dormido al menos cinco horas, no presenten infecciones recientes ni hayan tomado antibióticos en los últimos 15 días. Las mujeres pueden donar hasta tres veces al año y los hombres hasta cuatro, siguiendo las recomendaciones médicas.
Durante diciembre y enero, las donaciones disminuyen significativamente debido a las vacaciones y otros factores, lo que en el HIC representa casi un 50% menos de afluencia de donantes.
El Banco de Sangre del HIC en Piedecuesta ofrece atención 24 horas al día, los 7 días de la semana, permitiendo que cualquier persona pueda donar. Además, el HIC Instituto Cardiovascular en Floridablanca, recibe donantes de lunes a sábado de 1:00 p.m. a 7:30 p.m.
Existen dos modalidades de donación:
● Sangre total: un proceso habitual y rápido que toma aproximadamente 30 minutos.
● Donación de plaquetas por aféresis: un procedimiento seguro y no doloroso, que
puede durar hasta dos horas y es esencial para pacientes oncológicos que requieren transfusiones frecuentes.
Un regalo que no se envuelve, pero cambia vidas
Así como Camila sueña con regresar a casa, cientos de pacientes esperan recibir el año nuevo junto a sus seres queridos. En estas fechas, el llamado es a la solidaridad y a ofrecer nuevas oportunidades de vida, porque hay regalos que no se envuelven ni caben bajo el árbol: solo existen en el corazón de quienes deciden ayudar.
