Héctor Hernández Mateus
Inicio con una de las frases bíblicas, a propósito de la Semana Mayor: “El que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra”. Somos, parodiando una canción “Ciegos, sordos y mudos” con el agravante que hoy la tecnología facilita el conocimiento de los hechos.
Estoy casi seguro de que la venida de Cristo Jesús por segunda oportunidad tendría los mismos y hasta peores resultados.
Se ha posesionado el dios dinero, además de la egolatría y el ansia de poder, tenemos casos bíblicos que por el comportamiento actual de los humanos serían indudablemente más terroríficos. A Daniel no se le echaría en un profundo hoyo, dejo a su imaginación que le harían los envidiosos y ansiosos de hacerse a propiedades, no es fácil describir las consecuencias que le ha dejado al mundo la ambición por el dinero fácil, sin el menor esfuerzo.
Nuestro país, con historia de emprendimiento y laboriosidad en el pasado, fue contaminado por el narcotráfico y hoy se lloran los miles de muertos, que por el maldito dinero y poder ha permeado los diferentes estamentos de autoridad y población en general. La dignidad es el don más preciado del Ser, es la impronta que se defiende con la honestidad.
Pero sucede en últimos tiempos, que se han invertido los valores, por las conveniencias se deja mancillar tan preciado valor espiritual, mediante la oferta de prebendas representadas en bienes o figuración social, ya que los egos, esos diablillos que acechan la vanidad y el orgullo de personas que mediante una ambición desmedida quita los escudos protectores de la honorabilidad.
Por eso la convulsión social e inestabilidad de la humanidad, que da paso a la guerra, mediante el odio y la rivalidad de ambiciones.
La igualdad ante los ojos de Dios es una utopía. Para nuestra contemporaneidad prevalece el poder, y ello se logra mediante el engaño y las artimañas, no interesando que tanto se tiene que arrodillar el individuo y entregar su don más preciado; muy pocos entienden que la riqueza no compra la vida, la alegría y menos la paz espiritual.
Reflexiones de nuestra cultura religiosa, una de las cinco mayores del mundo que propende por conservar la escala de valores, que desafortunadamente fueron violentados con la máxima figura insigne líder que nos dejo su legado como hombre espiritual, y ejemplo de sumisión a la voluntad del Padre.
El principal mensaje de amor, entre todos nosotros, ha sido desobedecido, y peor, el respeto a la vida y cada uno de sus derechos; porque no interesa a quien se arrolla, para obtener un beneficio o logro; incluso romper preceptos de compromiso de fidelidad y responsabilidad en familia.
Cada mensaje de esta semana debería servirnos de norma de conducta, servir, ser solidario, ser justos en cada una de las profesiones y especialmente ser personas íntegras; donde la envidia y el orgullo no prevalezcan…ser humildes y gratos, nos sacaría de la estupidez que vivimos.
