Héctor Hernández Mateus
No puede pasar desapercibida la fecha del 9 de abril, día que la válvula de la violencia fue disparada al eliminar un líder del pueblo-pueblo, con consecuencias desastrosas para la convivencia y desarrollo del país; pero ello ya venía por hechos acaecidos años atrás y los que el líder inmolado, Jorge Eliecer Gaitán Ayala tenía como plan de gobierno erradicar.
Hoy, después de más de siete décadas no hemos aprendido tan dolorosa lección y como esos aciagos años se mantiene el crimen, con el agravante que destruimos nuestro hábitat por la codicia. Es un negro panorama, desolador. Ha sido tomada esta fecha para visibilizar las víctimas del conflicto armado (guerra desigual) e igualmente propender por los Derechos Humanos y defensa del ecosistema.
El padre jesuita, Javier Giraldo, dio a conocer datos históricos sobre las víctimas del conflicto armado
La vinculación de la academia, con nuestra UIS, le dio un contexto especial al día de las víctimas. Agrupando en el Ágora del alma mater, a representantes de diferentes municipios del departamento, se desarrolló el conversatorio “El presente y oportunidades de las víctimas en Santander”.
Con ponencia del padre jesuita Javier Giraldo, se conocieron datos históricos y estadísticas de la actualidad, así como los logros y tropiezos de la reivindicación de derechos.
La frase del director del IPRED, Gonzalo Patiño “La UIS sea el corazón social del proceso”, es muestra del querer ser coadyuvantes en busca de soluciones, y primer paso de vinculación de la academia para encontrar salida a un laberinto llamado guerra, que va y viene dejando dolor y orfandad. Tocar el espíritu de los representantes de las víctimas, hacerles ver su importancia como seres con dignidad y valía dentro de la sociedad, que no han sido olvidados y que se está en proceso el camino de encontrar respuestas, es fundamental para lograr armonía colectiva.
Observatorio de paz y Derechos Humanos
Conversatorio sobre las víctimas del conflicto armado
Como complemento de los anterior y queriendo enfatizar sobre cómo los procesos de reconciliación requieren cumplir un protocolo que ha sido roto por el ruido de las balas, las amenazas, la extorsión y el desplazamiento, la Corporación Compromiso organizó igualmente un conversatorio, acudiendo al representantes de quienes hoy defienden en sus territorios y son voceros ante las instituciones para que se cumplan acuerdos y promesas, poniendo por ello en riesgo la integridad física de ellos y la de sus familias.
Es de entender que no es un proceso fácil, he comparado a dos perros, que disputan la tenencia y disfrute de un hueso, cada uno quiere tener la posesión y muestra su agresividad para no permitir que la escasa carne la deguste el contrario. Así en nuestra patria grandes extensiones de terrenos fueron indebidamente arrebatadas o tomadas (como los terrenos baldíos). Para ello se utilizaron los métodos más violentos, dando como resultado en el Registro Único de Víctimas del conflicto en Santander, 218.419 personas. De ellas, se contabilizan 178.696 homicidios. Son la agresión y violencia sexual, las minas antipersonales, los delitos contra la libertad y el robo (abigeato), las diferentes formas de atentar contra los Derechos Humanos.
Es un reto de los líderes buscar la reivindicación de los derechos y más cuando se lucha contra posiciones dominantes como los extractivistas de nuestros recursos naturales, el afán de apoderarse de la madera, el carbón y el oro principalmente, ha hecho que incluso se conformen mafias para generar pánico.
Todos debemos unirnos para defender lo más preciado, la vida y el agua; como se escribió en revista informativa editada por la Corporación Compromiso: “La tierra proporciona lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada ser humano, pero no la de su codicia”: Gandhi.
